Quinta Trágica- The End

I was so afraid Fernando
We were young and full of life and none of us prepared to die
And I'm not ashamed to say
The roar of guns and cannons almost made me cry


La fiesta se hizo un sábado soleado, la concurrencia fue absoluta, la música sonó desde temprano hasta las 5am y todos parecían felices. Yo padecía cada hora sin Fernando. Pasadas las 22 hs aprox lo encontré, entre lagente, relajado, sin intención siquiera de saber donde estaba yo. Agonía. En un gesto que seguro él consideró cariñoso me tomó de la mano. Yo creí que era el Cielo. Nunca pensé que mi mano izquierda pudiera darme tanto placer. Cuando noto al poco tiempo que él estaba besándose con un amigo suyo mientras aun me tenía sujeto. Debí imaginar que nada bueno podía venir de la izquierda. ¿Por que lo hizo? Me trajo recuerdos de Suipacha donde los perros te acercan las liebres muertas en sus hocicos, y las colocan a tus pies para que celebres su conquista sobre otra especie. ¿O serían solo las drogas? Si bien no era mi primera experiencia en este tipo de reuniones, puedo decir que fue mi primer acercamiento a lo que mas tarde conocería como "la isla" (palabra pequeña. Gran concepto, que merece una entrada a parte).
Desahuciado arrastré mi cuerpo sin corazón hasta el auto donde dormí hasta que mis amigos me vinieron a buscar. 
Cuando me desperté Estrella manejaba el auto con registro vencido. Yo viajaba atrás con mi cabeza apoyada sobre las piernas de Rebeca, mientras escuchábamos la noticia que Whitney Houston había muerto de una sobre dosis.
Ese día quedaría en el recuerdo de todos como "quinta trágica".

El dolor y el cambio son mandatorios en el camino del amor. Yo había conocido el primero, pero el trayecto había sido demasiado corto para sentir que realmente había cambiado y me prometía en vano no volver a pensar en Fernando. Terminaba el verano, y en palabras de Lisa de Bandana, otra vez había pasado Febrero sin poder crecer.


There was something in the air that night
The stars were bright, Fernando
They were shining there for you and me
For liberty, Fernando