Wait to be wooed

Ya de vuelta en Buenos Aires, sin trabajo, dedico Mis días de ocio a un área casi olvidada: la social. Y eso incluye conocer nuevas personas. Y no hablo de sórdidos encuentros de una sola noche. Todo lo contrario. Eso se lo dejo a lagente muy ocupada, que cumplen nueve horas laborales, rutinas de gym y fines de semana llenos de actividades. Yo, que dispongo de cada una de las veinticuatro horas, no puedo darme ese lujo. Por eso he decidido volver al desvalorizado concepto de "citas" en su formato de old fashion dates. Son igual que las regular dates pero sin sexo.

Los impulsos y una profunda sensibilidad por la belleza no ayudan a la hora de seguir firme en este proyecto. Por eso, inspirado por una película, ideé un plan de cinco encuentros que me harán creer que estoy de lo más ocupado

  • Date 1: Un nuevo comienzo. Es importante que Yo este cómodo para hacerme conocer y dejarlos sin aliento con Mi encanto. Vestirse casual es mandatorio.
  • Date 2: Artístico/Cultural. Dejar ver Mi sensibilidad y descubrir la de él. Un vernissage, obra de teatro o película vieja son los recomendados.
  • Date 3: Una aventura. La más jugada. Puede existir lugar para abrir los ex files o confesar algun trauma de chico.
  • Date 4: Divertido y fabuloso. Lograr que llore de risa al menos una vez .
  • Date 5: La mejor y más original cita. Volverse inolvidable es el objetivo

Luego decidir si sigo o no. La cama no puede existir sino hasta el quinto encuentro. Seguro mi analista me diría que es un acto más de narcisismo y que mi único objetivo es ser amado por todos. 

Claro que tengo ya decidido los lugares que ofrecerán refugio para que pueda desenvolverme según el carácter de cada encuentro.

El secreto de la primera cita es jugar de local, por eso elijo esta patisserie súper regia, y casi secreta que queda a sólo una cuadra de casa: Smeterling.



Una de las chicas que trabaja ahí me dice "señor", que brutal! Y repite frases como  "hace mucho tiempo que no lo veo por acá" y "¿va a querer lo de siempre?". La amo. Nada malo puede salir de todo esto.






Tiene lugar para cuatro personas en la barra y tres sentados en una mesa. Su carácter novedoso, y justo nivel de pretensión garantizarán un segundo encuentro.